La supresión de ayudas deja este mes en el aire la teleasistencia de miles de usuarios

La teleasistencia domiciliaria es un apoyo importante para muchas personas mayores que viven solas en sus hogares y que saben que con sólo apretar el botón rojo del colgante o de la pulsera, se activa una conexión directa con personal especializado que les atiende.

Con la llegada de 2013 y la supresión de la financiación a este servicio del Gobierno se deja en el aire la atención a miles de usuarios en toda España, la mayoría octogenarios.

La eliminación de la línea de ayudas de teleasistencia por parte del Imserso ha puesto en serio riesgo de desprotección a muchos usuarios. El servicio de teleasistencia lo suelen gestionar los Ayuntamientos y las diputaciones a través de convenios con el Imserso y la Federación Española de Municipios y Provincias. Ahora los Ayuntamientos y diputaciones deben asumir el coste íntegro del servicio.

Un coste que muchos ayuntamientos no pueden asumir. Muchos ayuntamientos y diputaciones sólo tienen fondos para asumir el servicio durante un plazo de cuatro a doce meses.

Un caso preocupante es de la provincia de Castellón, en la que 3.300 ancianos a los que da cobertura la Diputación.  Al quedarse sin la cofinanciación del Imserso, el organismo público no tiene capacidad para asumir todo el coste por lo que no puede continuar prestando el servicio y la única solución que se plantea es integrar a estos afectados a la línea de teleayuda, un servicio mucho más básico de socorro que simplemente conecta la llamada a algún familiar del anciano.

Una de las soluciones que se están imponiendo y que no tardará en generalizarse durante este año es la llegada del sistema de copago, un sistema de pagos que variaría en función de la renta y otros parámetros pero que permitirá mantener el servicio de teleasistencia.