¿Por qué el frío afecta más a los mayores?

Con la bajada de temperaturas el cuerpo pierde más calor del que es capaz de producir, esto hace que los vasos sanguíneos se contraigan para conservar la temperatura corporal y provoca que el corazón deba esforzarse más para bombear la sangre a través de esos vasos contraídos. Todo ello provoca un aumento de la presión arterial y un mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio. Como resultado, según estudios británicos, por cada grado que cae la temperatura por debajo de los 18ª, aumentan los fallecimientos en cerca de un 1,5%.

El cuerpo humano tiene varios mecanismos para mantener la temperatura corporal constante incluso cuando bajan las temperaturas. Sin embargo, a medida que envejecemos se producen cambios en nuestro metabolismo basal lo que dificulta la termorregulación y, por lo tanto, modifica la percepción de la temperatura. Por esta razón, las personas mayores se adaptan más difícilmente a los cambios del tiempo. De hecho, al envejecer la piel se vuelve más fina y se alteran los receptores cutáneos de la temperatura, lo que provoca que los mayores puedan tener dificultad para distinguir con certeza si tienen frío o calor.

Además, las bajadas de temperatura pueden afectar gravemente a las personas con enfermedades crónicas más prevalentes con la edad como las personas con EPOC, insuficiencia cardiaca y enfermedades neurodegenerativas que tienen más probabilidades de sufrir complicaciones
ante catarros y procesos gripales.

Asimismo, debido al aislamiento que sufren los mayores en estas fechas y a las pocas horas de luz, se pueden agravar los trastornos depresivos. 

Aquí os dejamos unos consejos de la Comunidad de Madrid para los mayores ante la ola de frío.

En el hogar: 
  • Aislar correctamente la vivienda evitando corrientes de aire y pérdidas de calor.
  • Mantener actividad física, aunque sea dentro del hogar, genera calor y ayuda a combatir el frío.
  • Tener mucho cuidado con las estufas de leña y de gas para evitar riesgos de incendio o intoxicación por monóxido de carbono.
  • Evitar el consumo de alcohol.
Fuera de casa: 
  • Mantenerse informado de las previsiones meteorológicas antes de salir de casa.
  • Utilizar prendas de abrigo resistentes al viento y la humedad y por debajo llevar varias capas de ropa no apretada.
  • Prestar especial atención al abrigo de la cabeza, el cuello, los pies y las manos por ser más sensibles a la pérdida de calor.
  • En caso de tiritar, recogerse en un lugar cálido.
  • Respirar por la nariz en vez de por la boca para calentar el aire.
  • Extremar la precaución al salir a la calle si se han producido heladas para evitar caídas.
Asistencia sanitaria: 
  • Procure estar pendiente de las personas en situación de vulnerabilidad ante la bajada de temperaturas. En caso necesario contacto con el 112 o los servicios sociales de su ayuntamiento o su Centro de Salud.
  • Para los mayores de 60 años se recomienda la vacunación contra la gripe.

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