El problema de las caídas en el hogar entre los usuarios de teleasistencia
Según los últimos datos publicados por el Instituto
Gerontológico, el 15% de las personas mayores de 65 años, es decir, más de 1,2
millones de personas, sufren caídas en su hogar, mientras el porcentaje de los
que sufren accidentes de este tipo se eleva hasta el 25% entre mayores de 70
años y al 45% en el caso de ancianos de 75 o más años.
Unas cifras muy preocupantes que se pueden resumir en un dato,
cada veinte segundos una persona mayor se cae en su hogar y cada dos minutos
una se cae en el baño. En ocasiones las caídas se producen por la pérdida de la
estabilidad, alteración de reflejos posturales, visuales o auditivas,
alteraciones del flujo cerebral o neuroendocrinas y problemas cardiovasculares.
Estas caídas no se pueden evitar, aunque sí intentar minimizar sus
consecuencias mediante una atención lo más rápida posible.
Lo que hay que recordar
es que la mayoría de las caídas en el hogar son evitables, ya que se producen
por tropezones, resbalones, falta de espacio o mala luminosidad en el hogar o
en el baño.
En toda Europa se estima que más de 20 millones de mayores de 65
años sufren una caída al año.
Debido a esto, un gran porcentaje de las llamadas de emergencia
que reciben las centrales de los diferentes servicios de teleasistencia están relacionadas
con las caídas en el hogar de sus usuarios.
Para intentar dar respuesta a este problema existen diferentes soluciones
tecnológicas que si bien no pueden evitar las caídas, intentar minimizar sus
consecuencias comunicando el accidente a la central de atención lo antes
posible.
La mayoría de los dispositivos detectores de caídas contienen un
acelerómetro y un sensor de verticalidad. Es el caso del dispositivo FALL de
Grupo Neat, que en el momento de identificar un cambio brusco en la aceleración
junto con un cambio de verticalidad, envía una alarma al sistema o al cuidador
para minimizar en la medida de lo posible las lesiones de una caída o
consecuencias más graves.
Los mecanismos de ayuda se activan de forma inmediata cuando se
recibe la señal de alarma, lo que reduce al máximo los tiempos de reacción y
actuación. Estos dispositivos suelen funcionar tanto si se llevan como cinturón
o de pulsera.
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