Los servicios de teleasistencia informan a los mayores del peligro de las altas temperaturas

La mayoría de los servicios de teleasistencia han iniciado sus campañas especiales de actuación de cara a las altas temperaturas que se registran en verano en muchas localidades españolas.

Desde los primeros calores de junio hasta el mes de agosto, se inicia un periodo de información de cara a las temperaturas extremas en los meses de verano, de forma que se está comenzando a prevenir a las personas mayores sobre los efectos negativos del calor. La mayoría de los servicios de teleasistencia disponen de folletos donde se informan de las recomendaciones preventivas que se entregan a todos los usuarios que se visiten, además de ofrecer esta información desde la central de atención.

El objetivo de estas campañas es prevenir, minimizar y atender los efectos que sobre la salud de las personas usuarias del servicio, en su mayoría de avanzada edad, pueden provocar las altas temperaturas. Con el aumento de las temperaturas, las personas de más edad, dependientes o con enfermedades crónicas tienen más riesgo de sufrir una hipertermia o golpe de calor.

Esta situación se produce cuando el cuerpo humano supera los 41 grados, temperatura superior al mecanismo de regulación térmica de que disponemos, produciendo una situación en la que el organismo ya no responde a las altas temperaturas, pudiendo tener graves repercusiones que incluso pueden producir un colapso orgánico irreversible.

Para concienciar a los usuarios, los servicios de teleasistencia informan de las recomendaciones más usuales para reducir el impacto de las temperaturas extremas mediante folletos y comunicaciones desde los centros de atención.

Generalmente se pone en marcha un protocolo de detección de síntomas frente a las temperaturas extremas e intervención de primeros auxilios para el personal de las centrales estrechando los seguimientos a las personas usuarias del servicio en situación de vulnerabilidad, especialmente para los calificados como usuarios de alto riesgo.

La ingesta de líquidos, incluso ante la falta de sed, evitar la exposición al sol, realizar comidas ligeras, no hacer ejercicios ni deporte en momentos de calor, vestir con tejidos ligeros como el algodón o no permanecer en vehículos cerrados son algunas de las recomendaciones más habituales para prevenir los golpes de calor.

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