Los riesgos de la telemedicina sin regulación

Indudablemente los smartphones están de moda, cada vez son más potentes y se han popularizado tanto que están desbancando a la telefonía fija. Se han convertido en una oportunidad de negocio para muchas empresas que se han apresurado a lanzar aplicaciones de telemedicina.

Por ejemplo, la empresa americana Clapp comercializará este mes una aplicación móvil que permitirá contactar con un médico, encontrar un diagnóstico o hacer un seguimiento de su historial médico. Almacenar datos personales médicos y usar las características de seguimiento de la salud será gratuito, pero a los usuarios se les cobrarán tarifas mensuales por tener acceso instantáneo a enfermeros y asesores de salud. De momento sólo funcionará en Estados Unidos pero la empresa está estudiando traer este modelo de negocio a Europa.

Las aplicaciones de telemedicina, ya sean con periféricos que se añaden al móvil o de programas que se instalan deberían dejar claro los riesgos que su manejo puede suponer para la seguridad del paciente y si dispone de certificaciones internacionales que aseguren el cumplimiento con las regulaciones y estándares de la industria.

El hecho es que en el desarrollado mercado norteamericano, el uso de usuarios que utilizan estas aplicaciones hacer un seguimiento de su salud o estado de forma no ha variado entre 2010 y principios de 2013, según datos del proyecto Pew Internet y Vida Americana.

En palabras de Adolfo Tamames, presidente de Grupo NEAT “no contar con las debidas certificaciones es una buena razón del rotundo fracaso al que están condenadas la mayor parte de las aplicaciones sanitarias”.

Aún no se ha comercializado una aplicación móvil realmente útil. Y aplicaciones como la lanzada por la empresa Clapp deberán de sortear muchos problemas como el acceso al historial médico de los pacientes o si realmente es un método eficaz para hacer el seguimiento de pacientes de diabetes, hipertensión…etc.

En palabras de Adolfo Tamames “muchos productos y aplicaciones seguirán lanzándose al mercado con la intención de imitar a los dispositivos verdaderamente profesionales, sin embargo, en lo relativo al ámbito de la salud, donde la certificación es un gran valor, pocos se mantendrán firmes sustentando una realidad: en el mundo de la telemedicina, no todo vale.”