Diferencia entre Alzheimer y demencia


Según un estudio de la Fundación Cerebro, perteneciente a la Sociedad Española de Neurología, entre 500.000 y 600.000 españoles sufren algún tipo de demencia, cifra que podría alcanzar el millón de personas a mediados de este siglo. La prevalencia de esta enfermedad entre los mayores de 65 años se sitúa entre el 4% y el 9%, cifra que aumenta a entre el 31% y el 54% para los mayores de 90 años. Además, la demencia afecta en mayor medida a las mujeres para casi todos los grupos de edad. Sin embargo, la demencia no solo atañe a los pacientes, ya que se trata de una enfermedad que afecta también a familiares y cuidadores.


Pero, ¿cuál es la diferencia entre alzhéimer y demencia senil?

La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia (entre el 50 y el 70% de los casos) y aunque muchos de los síntomas son comunes como la pérdida de memoria, reducción de agilidad mental  o deterioro cognitivo, puede llevar agregados problemas psiquiátricos, como las paranoias y alucinaciones, o físicos, como la perdida de habilidades motoras y el estado general de salud.

En ambos casos, estas enfermedades conllevan dificultades para el paciente para realizar sus tareas diarias como cocinar, limpiar o hacer ejercicio, lo cual suele generar cambios de humor y personalidad. Todo ello limita notablemente la independencia del paciente y complica las labores del cuidador.

A la hora de enfrentarnos a los trastornos provocados por la demencia, debemos tener en cuenta que los pacientes pueden recibir ayuda en forma de tratamientos médicos y cuidados profesionales, de tal modo que puedan permanecer independientes el máximo tiempo posible. Una de esas ayudas que puede mantenerlos seguros a la vez que conservan su independencia es la teleasistencia, con la que los pacientes pueden informar a un equipo de profesionales si necesitan ayuda urgente en caso de caída o accidente. Los equipos de emergencia trabajan las 24 horas los 365 días del año para poder atender cualquier tipo de accidente en caso de ser necesario.

Es cierto que la demencia es una enfermedad grave que a todos nos preocupa, especialmente cuando una persona cercana a nosotros muestra los primeros síntomas, pero tenemos que saber que, con la ayuda adecuada y el soporte de los servicios profesionales, no tiene por qué ser tan grave como muchas veces creemos.

Por último, solo queremos recordar a nuestros lectores que la mejor receta para prevenir la demencia es llevar una vida sana basada en una dieta saludable y ejercicio físico.

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